Vitamina D en Medicina Funcional

estilo de vida medicina funcional

Vitamina D y Medicina Funcional

Las vitaminas y los minerales esenciales actúan juntos de forma sistémica a nivel celular, y los desequilibrios de micronutrientes pueden provocar una cascada de problemas de salud. Las evaluaciones clínicas y las estrategias de tratamiento personalizadas que descubren y tratan las deficiencias e insuficiencias de nutrientes ayudan a los pacientes de todas las etapas de la vida a mejorar su salud y bienestar. La vitamina D, considerada tanto un nutriente como una hormona, es un componente vital para la salud multisistémica, desde los huesos hasta el cerebro. Garantizar sus niveles adecuados mediante pruebas de referencia, tratamientos nutricionales y/o suplementos apropiados para un individuo, y la posterior monitorización de nutrientes son enfoques y herramientas clínicas para el tratamiento y la prevención de enfermedades crónicas.

Deficiencia y suplementación de vitamina D

La vitamina D es comúnmente conocida por su función crucial en la homeostasis del calcio y el metabolismo óseo. De hecho, entre las recomendaciones universales de la guía del clínico de Osteoporosis International de 2022 para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis, se incluye tanto la monitorización de los niveles séricos de 25-hidroxivitamina D como el mantenimiento de la suficiencia sérica de vitamina D mediante suplementos de vitamina D según sea necesario. Más allá de los huesos, la vitamina D influye en la expresión de cientos de genes y es un componente importante en una serie de funciones fisiológicas como la reducción de la inflamación y la modulación del crecimiento celular, la función inmunitaria y el metabolismo de la glucosa.

A pesar de su importancia confirmada para la salud, se han notificado deficiencias de vitamina D en la población estadounidense. Según los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES), la prevalencia de la deficiencia de vitamina D (<20ng/mL) se ha estimado en un 28,9% en EE.UU. Y se ha informado de que la deficiencia grave de vitamina D (<12ng/mL) ha afectado a un 5,9% de la población.

Pruebas de vitamina D y tratamientos integrales

Aunque la investigación relacionada con la vitamina D sigue evolucionando, las pruebas de deficiencia o insuficiencia de vitamina D debidas a síntomas observados, factores de riesgo o desequilibrios conocidos, posibles causas fundamentales de la enfermedad o cualquier otra determinación clínicamente relevante establecen el nivel basal de vitamina D de un paciente para informar sobre su plan terapéutico más adecuado y beneficioso. Esto puede incluir la administración de suplementos de vitamina D.

En lo que respecta específicamente a la salud ósea, los médicos que personalizan la atención coinciden en que la administración de suplementos de vitamina D no es un tratamiento independiente. Más bien, un régimen de salud ósea incluiría un enfoque multimodal apropiado para un paciente que puede incorporar intervenciones basadas en el estilo de vida, desde nutrición y apoyo con suplementos hasta programas de ejercicio y movimiento. Y la investigación reciente indica que la suplementación con vitamina D en dosis diarias moderadas tiene muy bajo riesgo de daño. Los grandes ensayos clínicos de suplementación con vitamina D (n= ~30,000 participantes) entre 2017 y 2020 no informaron efectos adversos significativos, incluidos los cambios en la función renal.

Además del nivel de exposición a la luz solar, los hábitos dietéticos, las interacciones con medicamentos y cualquier alteración en la absorción y biodisponibilidad de la vitamina D, las posibles variantes genéticas en el metabolismo de la vitamina D enfatizan aún más la importancia de las pruebas como parte de la evaluación clínica y el tratamiento de un paciente individual. Estudios recientes sugieren que las variantes genéticas, incluidas las de VDR, CYP2R1, CYP27B1 y GC, no sólo pueden influir en el beneficio de la suplementación con vitamina D para un paciente, sino que también pueden ayudar a explicar parte de la inconsistencia entre los ensayos clínicos relacionados con la vitamina D.

Conclusión

En conclusión, puede ser útil considerar la suplementación con vitamina D en el contexto de cualquier otra terapia hormonal sustitutiva. Un médico nunca iniciaría un tratamiento con levotiroxina antes de realizar una evaluación individualizada completa y medir el estado basal de la hormona tiroidea. Del mismo modo, establecer el nivel basal de vitamina D de un paciente es esencial antes de iniciar el tratamiento y durante el seguimiento de su evolución.

Referencias:

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